Thursday, November 15, 2007

Juegos de niños

Era una mañana como todas las mañanas, los niños iban a clases y escuchaban la lección del profesor encargado. Conversaban, reían y se burlaban de uno u otro compañero para volver a reír.
Como todos los días, a las 10, sonó el timbre del recreo. Los niños corrian y se atropellaban para poder salir de la sala e ir al patio a jugar.
Los varones jugaban a la pelota en la cancha, mientras las niñas saltaban la cuerda o cantaban rimas acompañadas con las manos.
Los maestros eran felices, los niños se mantenían tranquilos mientras ellos tomaban un café en la sala de profesores. Los niños eran felices...bueno, la mayoría.
Un pequeño solitario miraba como sus compañeros jugaban a la pelota. Él era distinto a ellos, tenía buenas notas y era un poco más bajo para su edad, usaba gafas y un corte de pelo militar, así que era de esperarse que sus pares, a esta edad, no lo quisieran demasiado.
Al pasar el tiempo, el pequeño niño se fue aislando. Intentó varias veces jugar a la pelota con los niños, pero se reían de él y no lo dejaban jugar argumentando que había que tener una estatura mínima para jugar. Se rindió con los niños y trató con las niñas, pero ellas no lo dejaban diciendo que eran cosas de niñas y sus pares varones se volvían a reir de él.
Un día nuestro bajito amigo llegó a casa llorando. Él vivía solo con su madre pues su padre había muerto hace unos cuantos años atrás producto de un accidente automovilístico. Él era muy pequeño cuando perdió a su padre, así que sólo ha tenido la figura materna.
Su madre asustada se acercó a él para consolarlo. El niño no paraba de llorar ya que su corazón estaba lleno de soledad.
La mujer lo dejó un momento solo en la habitación y regresó cinco minutos más tarde con una muñeca.

"Toma" le dijo "Mi padre me la dio a mi cuando era pequeña, te la voy a entregar para que te acompañe...piensa en ella como si me vieras a mi, ya que nunca te voy a dejar sólo". Tiernamente la madre besó a su hijo en la mejilla y continuó sus labores antes de irse a acostar.

A la mañana siguiente, el pequeño amigo fue a la escuela como todos los días. Escuchó la lección de matemática atentamente como siempre, mientras sus compañeros se burlaban y lo señalaban.
Sonó el timbre del recreo y buscó la muñeca que traía en la mochila, pero ésta ya no estaba. Se desesperó y revisó todas sus cosas, pero no la encontró. Salió de la sala y vio a sus compañeros afuera de ésta cortando los risos dorados de la muñeca.

"Toma" le dijieron entregándole su muñeca al pequeño niño "Los hombres no juegan con muñecas y no saltan la cuerda, juegan a la pelota...lástima que seas tan enano para jugar"

El pequeño volvió a llorar amargamente. Corrió al baño con su muñeca en los brazos empujando a varios de sus compañeros. Lavó su cara y ya más tranquilo, caminó lentamente a la sala de clases.
En el trayecto, vio a una niña menor que él llorando. Se acercó tímidamente hacia ella para preguntar que le había sucedido. La niña lloraba porque sus amigas saltaban la cuerda y no la dejaban jugar. El niño tuvo una idea para hacerla sonreir, le entregó su muñeca para que la acompañara. No era tan bonita como antes, pero era buena compañía.
La niña agradecida le dio un beso en la mejilla y se despidió con un "Gracias amigo" mientras brincaba contenta hacia su aula.
A la salida unas nubes negras habían inundado el ambiente, pero aunque el sol se haya ocultado, nuestro personaje se sentía satisfecho, había hecho una nueva amiga y de paso, había logrado sacarle una sonrisa.
Cuando se retiró del colegio, vio su muñeca tirada en el suelo y a la niña unos cuantos metros más allá riendo con unas niñas de su edad. El pequeño se sentía triste, tenía rabia, le dieron ganas de golpearla, pero sabía que debía controlarse.
Una a una las gotas comenzaron a caer, primero lento y luego cada vez más rápido hasta que ya no paró de llover.
Las lágrimas del pequeño se confundían con las gotas de lluvia. Miraba su muñeca en el suelo, empapada y como los últimos ratros de los risos dorados se pegaban en su cara de plástico. La recogió del suelo y la abrazó con fuerza.
La lluvia caía con más fuerza, pero a eso a él no le importaba...se sentía vacío y solo, pero él en su cabeza de niño no lo entendía, para él, sólo era pena.
De la nada, la lluvia dejó de caer sobre él, una mancha rosada cubrió su cabeza para no mojarse. Miró hacia su lado y había una niña con risos rubios que le sonreía amablemente.

"Toma" le dijo tendiéndole el paraguas "Si te mojas, te vas a enfermar. Caminamos juntos a casa?"


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No todas las personas son iguales...a veces, valoramos a quienes no se lo merecen...pero siempre hay gente que si vale ser querida...
La gente va y vuelve...y en eso, somos todos iguales...

4 comments:

DupiN said...

"Entró a la habitación, apretando con fuerza la moneda que le habían dado para jugar a la maquinas.
Se acercó a su viejo, que vacilaba en conforme como crujía la viga. Un ritmo macabro rodeaba el sielncio del padre; insistía desesperadamente en entregar la moneda, su reclamo se volvió llanto.
Tuvo que bajar la mirada, ya que la cuerda que hacía de nexo entre el cuello y la viga, parecía bofetear las mejillas del niño, sin dejar marcas visibles.
Con congestionado y frustrado, apretaba más fuerte la moneda, se decía "por qué, por qué perdí si saque la puntuación más alta"."

En fin, rondando una vez más, dulce cuento. Me pareció tiernucho.

Mi aporte cultural, es de un jueguito que termine el otro día.

Sobre la valorización, bueno mujer hace algún tiempo se me puso a prueba, pero no fue precisamente los mejores momentos los que me dieron la fuerza para controlarme.
Así que uno valora por amor, no por utilidad.
Fuera lo segundo... emmm yo creo que no te seguiría posteando.


jajaja

sería, suerte en la prueba y más que eso, sé que no la necesitara

cuidece
si aún sigo vivo, te posteare nuevamente

adiosh

Shin said...

casi me hiciste llorar!! XD


pero muy lindo y conmovedor... demasaido, emh... reconocible?

te quiero

Shin said...

reconocible : identificador...

esop, me identifique xD T_T

Anonymous said...

Y aun no puedo creer... que después de casi 2 años... aún no pueda olvidarte.


Kei